El conflicto por la privacidad de los datos es prácticamente
una batalla perdida para quienes ingresan, aunque más no sea una vez, a un
sitio de internet y aportan su nombre y apellido. Basta con hacer solo un clic
para que los buscadores y los hackers ya tengan acceso a un millar de datos
sobre cada persona. Con la creación de interfaces que conectan la mente
humana a un dispositivo, este conflicto se expande hacia el terreno de los
pensamientos.
Científicos de Universidad de Washington, en Estados
Unidos, afirmaron que, con la creación de esta tecnología de interfaces, que se
origina en los dispositivos utilizados para los encefalogramas, existe
la posibilidad de que los hackers utilicen este medio para robar información
personal mientras, por ejemplo, los usuarios están jugando con dispositivos que
se conecten a su cabeza, ya que estos reciben las señales que emite el cerebro.
De acuerdo con los expertos, en las sesiones de juego
pueden existir imágenes que aparecen y desaparecen abruptamente, lo que provoca
reacciones involuntarias en los usuarios que son estudiadas por los hackers, ya
que revelarían información acerca de sus preferencias políticas y sexuales. "Esto
es algo como un detector de mentiras a distancia; un detector de
pensamiento", explica Howard Chimeco, investigador de la universidad,
quien afirmó que, si no se tratan rápidamente leyes para proteger la
privacidad, será muy tarde para poder evitar los ataques de los hackers del
pensamiento.
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